PRÓLOGO

En la revista Harvard Business Review de abril de 2001, sus editores plantean cinco conceptos que están modelando el management de hoy. Uno de ellos es "Change is Changing" (El cambio está cambiando). El artículo es "The 2001 HBR List", la lista 2001 de la revista. La nota refleja la incesante aparición de artículos y libros sobre cambio empresarial en el último año.
 
 



    Si tomamos por ejemplo los libros editados en el segundo semestre del año 2000 por la Harvard Business School Press, vemos la publicación de obras interesantes como Breaking the Code of Change (Rompiendo el código del cambio) de Nitin Nohria y Michael Beer, Leading the Revolution (Liderando la revolución) de Gary Hamel y Radical Innovation (Innovación Radical), de varios autores (Leifer / McDermott/ O'Connor / Peters / Rice / Veryzer). La misma revista publicó cinco importantes artículos que reflejan la polémica entre los que proponen la "revolución" y los que defienden el cambio lento y continuo ("Walking Up IBM: How a Gang of Unlikely Rebels Transformed Big Blue", julio de 2000; "Change Without Pain", julio de 2000; "The Business Case Against Revolution", febrero de 2001; "Cracking the Code of Change", mayo de 2000; Meeting the Challenge of Disruptive Change", marzo de 2000).

    En el libro The Knowing-Doing Gap (La brecha entre el saber y el hacer, en preparación, Ed. Granica), de la misma editorial, los profesores de la Universidad de Stanford Jeffrey Pfeffer y Robert Sutton comentan que en los Estados Unidos se publican más de 1.700 libros de negocios (en Argentina se publican unos 400, algunos son trducciones de esos 1.700), las empresas gastan más de 100.000 millones de dólares por año en capacitación y consultoría y se gradúan más de 80.000 MBA por año. No parecería haber falta de buenas ideas de mejora; sin embargo muchas organizaciones no usan "las mejores prácticas"; hay problemas en concretar ideas.

    El interés de los profesionales y managers por estudiar la gestión empresarial aumenta. Comenta Andy Van den Ven, presidente de la Academia de Management de los los Estados Unidos (Academy of Management News, octubre de 2000) que la institución tenía 1.400 socios en 1970 y en el año 2000 tiene 11.000. Señala que la cantidad de profesores en las escuelas de negocios aumentó en la última década en 21% (y 27% en los programas para ejecutivos). La cantidad de consultores en gestión se incrementó en ese período en 81%. En este momento hay en los Estados Unidos 1200 escuelas de negocio universitarias y 1.600 universidades creadas por empresas (había 400 en 1990). A esto hay que agregar el explosivo crecimiento de la educación a distancia por Internet (e-learning).

    Empezaremos entonces el Tercer Milenio hablando de cambio, porque las organizaciones necesitan más o menos cambio. Iberoamérica (de acuerdo con los estudios del IMD de Suiza) empieza el siglo con menos y no más competitividad. Los managers comienzan el siglo con más y no menos, presión por los resultados. No existe organización en el mundo que no esté haciendo algún esfuerzo por mejorar. En muchos casos, los cambios son forzados y de gran magnitud. En otros, son ocasionados por el entusiasmo por la nueva tecnología, en la esperanza de que una nueva adquisición, fusión o alianza mejore la situación competitiva. Sin embargo, la realidad muestra que gran parte de estos cambios no tienen éxito. ¿Los fracasos impiden los nuevos cambios? No: por ejemplo nunca hubo tantas fusiones y adquisiciones en el mundo como en el año 2000. Todos sabemos que más del 50% de ellas no darán resultados satisfactorios.

    El manager, poco a poco, se ha convertido en un agente de cambio que ayuda a aumentar la competitividad de las organizaciones. Yo he dedicado toda mi vida profesional a mejorar empresas: como manager, consultor, capacitador. Todos mis libros sugieren diferentes maneras de aumentar la competitividad empresaria. Y sigo teniendo el mismo interés y la misma pasión por este fascinante tema.

    La complejidad del tema del cambio empresario se ha puesto en evidencia a partir de las innumerables empresas que lo han tenido que enfrentar y por los dispares resultados obtenidos. En la mayoría de los casos no es obvio cuál es el problema, cuál es la mejor solución, ni cuál es la mejor forma de llevarla a cabo. Distintas investigaciones muestran que la vida promedio de las empresas es baja y las revistas de negocios muestran continuamente casos de empresas con resultados no satisfactorios. Esto no es casualidad: las empresas no siempre evalúan bien su deterioro competitivo y usan fórmulas que, a veces, no son eficaces. Aun con el apoyo de los mejores consultores, las empresas se equivocan. Existen numerosas oportunidades de mejora, aun en las empresas exitosas. Cómo se señaló, el interés por el tema es alto y creciente. Nuevos libros y artículos aparecen constantemente. Hay una apabullante cantidad de información en Internet. El conocimiento acumulado aumenta y poco a poco va quedando claro qué hacer y qué no hacer.

   ¿Somos competitivos? intenta ser original, práctico, didáctico, actualizado, documentado, ameno y poseer además mucha ejemplificación internacional. Como sucede cuando hay demasiados objetivos, fue necesario buscar un equilibrio entre ellos y establecer prioridades. En este caso, la preferencia recayó en presentar un modelo de razonamiento integral que clarificara conceptualmente al lector la confusión semántica e intelectual que existe en los intentos de mejora de empresas. La segunda prioridad fue ofrecer una sólida fundamentación teórica de los conceptos vertidos, haciendo mención a los enfoques clásicos y a los más recientes (se hace referencia a trabajos de 420 autores). La tercera prioridad fue orientar la obra al lector iberoamericano, tratando más el tema intercultural y mencionando ejemplos de la región (se describen ejemplos y casos, mencionando 485 empresas de 43 países diferentes).

    La organización de la obra fue pensada para facilitar la lectura y comprensión de los temas. Las referencias bibliográficas y las fuentes de información complementaria se colocan en un Apéndice de Internet, que se intentará mantener actualizado. En todo momento la cantidad total de páginas del libro fue una severa restricción. En este libro se busca responder a las preguntas ¿Cuál es nuestra posición competitiva? ¿Cuánto cambio necesitamos? ¿En cuánto tiempo debemos realizar los cambios fundamentales? Profundiza el análisis del contexto, la estrategia, la estructura y el estudio de aspectos internos clave de la empresa para formular un diagnóstico competitivo. Este tomo provee de una fundamentación teórica y práctica que ayuda a la mejor interpretación de los tomos siguientes. Los otros dos libros consideran la formulación de propuestas de cambio y la manera de concretarlas.

    ¿A quiénes está dirigida la obra? A los managers, profesionales y a todos aquellos que en diferentes niveles, deben alcanzar resultados... y para ello deben cambiar la organización donde actúan. Por la incorporación que se ha hecho de material académico va a ser útil a los consultores, los profesores y los estudiantes de posgrado de las escuelas de Negocios en asignaturas relacionadas con la administración estratégica y el cambio empresarial. Será también de particular interés para los estudiosos del comportamiento humano y de las organizaciones. Verán un enfoque algo diferente al de autores cuya formación principal es la psicología, sociología o administración de recursos humanos. La obra ha sido pensada para ser utilizada en toda Iberoamérica y no en un país en particular.

    Al terminar de escribir me quedan dos sensaciones. Una, de satisfacción, por haber podido estructurar en una obra el conocimiento actualizado, mis opiniones y experiencias sobre el tema, logrando un texto que reemplaza y supera a los anteriores. Otra de inquietud por la posibilidad de que haya quedado algún ejemplo, algún caso, alguna estadística, alguna investigación interesante sin incorporar. Probablemente esta tarea quede para otra edición.

    Finalmente, quisiera dedicar este libro a la Argentina. Tal cual lo expresé el 26 de octubre de 2000 en el acto formal de mi incorporación como Académico de Número a la Academia Nacional de Ingeniería, yo debo estar agradecido a mi país. La Universidad de Buenos Aires me enseñó a pensar (en forma gratuita y además con beca durante los seis años), siempre tuve trabajo y las diferentes organizaciones en las que actué siempre permitieron que impulsara los proyectos más diversos. Con el tiempo vino el reconocimiento a lo realizado. Este país de enorme potencial no está pasando por su mejor momento y una de las razones es que muchas organizaciones deben mejorar sustancialmente sus resultados. El tema de la necesidad de una mayor competitividad está recibiendo una renovada atención por parte de la población y se empieza a entender la relación entre una mayor competitividad y progreso. Haciéndose la pregunta ¿Somos competitivos?, las organizaciones quizá puedan comenzar un esfuerzo de transformación, cualquiera sea el nombre que le den, que las ayuden a mejorar. Quizá sea ésta mi mejor contribución a que la población argentina logre un mejor nivel y calidad de vida, y el país vuelva a la senda de grandeza en la que alguna vez estuvo.

Rodolfo Eduardo Biasca
Junio de 2001